Rachid Mekhloufi: cuando el fútbol fue arma de independencia para Argelia

Rachid Mekhloufi, la leyenda del fútbol argelino.

El legendario futbolista argelino, Rachid Mekhloufi, falleció este 8 de noviembre a los 88 años, no solo fue una figura destacada del AS Saint-Étienne, sino especialmente un símbolo de la lucha por la independencia de su nación.

El fútbol y la política han estado históricamente entrelazados, pero pocas veces esta relación fue tan significativa como en la vida de uno de los mejores delanteros que dio el norte africano y que esconde detrás de sí una historia fascinante.

Rachid Mekhloufi: de promesa francesa a símbolo argelino

Cuando Rachid Mekhloufi llegó al AS Saint-Étienne en 1954, a sus 18 años, nadie podía prever el giro que daría su carrera. El joven nacido en Sétif, Argelia (que en ese momento seguía siendo territorio francés), rápidamente se convirtió en una de las figuras más prometedoras del fútbol francés. En 1957, lideró a Les Verts a conquistar su primer título de liga, anotando 25 goles en aquella temporada histórica. Su talento lo llevó a vestir la camiseta de la selección francesa en cuatro ocasiones, y todo indicaba que sería parte del plantel que disputaría el Mundial de Suecia 1958.

Sin embargo, en abril de ese año y pocas semanas antes del mundial, en plena guerra de independencia argelina, Mekhloufi tomó una decisión que cambiaría su vida: abandonó su prometedora carrera en Francia para unirse al equipo del Frente de Liberación Nacional (FLN), la organización que luchaba contra los franceses en Argelia y que, tras la independencia, gobierna el país hasta la fecha. “En el momento que me fui, di vuelta la página”, recordaría años después. “Yo pensaba que nunca iba a poder volver a jugar para Francia o el Saint-Étienne. Y lo que obtuve del equipo del FLN no se podría haber comprado con todo el oro del mundo”.

Los once de la independencia: el equipo que desafió a un imperio

El equipo del FLN, conocido como “los once de la independencia”, fue mucho más que un conjunto de futbolistas. Fue una herramienta de resistencia pacífica que utilizó el deporte como medio para visibilizar la causa argelina en el escenario internacional. A pesar de la prohibición de la FIFA, que cedió ante la presión de las autoridades francesas, el equipo realizó una gira mundial que incluyó cerca de 80 encuentros entre 1958 y 1962, conquistando 55 victorias.

La formación de este equipo tuvo sus raíces un año antes, cuando los entrenadores Ahmed Benelfoul y Habib Draoua comenzaron a entrenar en Túnez la primera selección que representaría a Argelia. Este primer equipo, que representaba al Ejército de Liberación Nacional (ALN), estaba compuesto principalmente por jugadores amateurs de Argelia y Túnez, y ya había disputado numerosos partidos en el Magreb y Oriente Medio para apoyar la causa independentista.

La decisión de Mekhloufi y sus compañeros de unirse al equipo del FLN en 1958 elevó el perfil del proyecto. El impacto fue inmediato: diez futbolistas profesionales establecidos en Francia huyeron del país, atravesando Suiza e Italia hasta llegar a Túnez, sede del Gobierno Provisional de la República de Argelia. La fuga de estos jugadores, que incluía a figuras como Mokhtar Arribi y Abdelhamid Kermali, causó conmoción en el fútbol francés y atrajo la atención internacional hacia la causa argelina.

La misión del equipo iba mucho más allá de lo deportivo, como el propio Mekhloufi explicaría tiempo después: “Cuando viajamos a países del Este o a naciones árabes, los políticos eran conscientes de esta guerra, pero no las poblaciones. Nuestro papel era informar a la gente de los países que visitábamos. Tengan en cuenta que ¡no solo estábamos jugando al fútbol! Visitamos fábricas, hablamos con la gente, explicamos lo que estaba ocurriendo en Argelia. Éramos el brazo de la Revolución a través del fútbol”.

No todos los intentos fueron exitosos. Hassen Chabri del AS Monaco y Mohamed Maouche del Stade Reims fueron detenidos en la frontera franco-suiza. Chabri fue arrestado en Menton, en la frontera franco-italiana, sospechoso de contrabando de armas y dinero para el FLN. Fue encarcelado en Marsella y posteriormente condenado por atentar contra la seguridad del Estado.

El equipo del FLN desarrolló un estilo de juego que se convirtió en su seña de identidad. Descrito por el propio Mekhloufi, era un sistema 4-2-4 fluido y basado en la técnica, que contrastaba con el fútbol más rígido y defensivo de la época. Este enfoque ofensivo y espectacular no solo resultó efectivo en términos deportivos, sino que también se convirtió en una metáfora de la libertad que buscaba el pueblo argelino.

Los partidos del equipo se convirtieron en eventos diplomáticos. Cada encuentro era una oportunidad para difundir el mensaje de la independencia argelina, utilizando el idioma universal del fútbol para conectar con audiencias en todo el mundo. El equipo vinculó el fútbol africano con la resistencia anticolonial, empleando la idea del panafricanismo como herramienta legitimadora y símbolo de identidad nacional.

La existencia del equipo del FLN, que se extendió hasta el 6 de junio de 1962, poco antes de la independencia oficial de Argelia, demostró el poder del deporte como herramienta de resistencia política. Su legado fue heredado por la selección nacional de Argelia, que comenzó a competir oficialmente en 1963, pero su impacto trasciende lo deportivo: demostró que el fútbol podía ser un medio efectivo para la lucha anticolonial y la construcción de una identidad nacional.

El regreso a Francia y el legado

Tras la independencia de Argelia en 1962, Mekhloufi regresó al AS Saint-Étienne, donde su retorno generó inicialmente cierta inquietud. Sin embargo, el público lo recibió positivamente, y el delantero respondió con más títulos: tres ligas adicionales (1964, 1967 y 1968) y una Copa de Francia (1968), esta última conquistada con un doblete suyo en la final, que además significó el primer doblete en la historia del club.

Mekhloufi deja tras de sí un legado que trasciende lo deportivo: 339 partidos y 152 goles con el Saint-Étienne, pero sobre todo, la demostración de cómo el fútbol puede ser una herramienta de cambio social. Su historia es un testimonio de cómo el deporte más popular del mundo puede servir como plataforma para causas que van más allá del juego mismo. En total, disputó cuatro partidos con Francia, cuarenta con el equipo del FLN y once con la selección argelina ya independiente, una trayectoria que refleja la complejidad de su legado.

Luego de su tiempo como futbolista, Mekhloufi fue entrenador. Y en ese rol también aportó a la gloria de su país. Su rol al frente de la selección argelina lo llevó a conquistar la medalla de oro en los Juegos Mediterráneos de 1975, un torneo importante para la época por su significado político. También dirigió en el Mundial de España 1982, donde Argelia sorprendió al mundo derrotando a Alemania Occidental. Por toda su trayectoria y su estrecho vínculo con la liberación de su nación, los argelinos hoy lamentan la pérdida de su gran leyenda, pero continuarán recordando su legado para la posteridad.

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Nahuel Lanzón

Experto en ver fútbol de países que ni la gente de ese país ve. Me gusta mucho analizar listas de selecciones antes de cualquier torneo internacional. Relator oficial (?) del fútbol exótico en Twitch.
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