Leila Pereira no es una dirigente más. Desde su llegada a la presidencia de Palmeiras en 2021, transformó al club en una de las instituciones más poderosas de Brasil. Dueña de Crefisa, junto a su pareja, una de las principales empresas de crédito del país, su inyección económica ha permitido reforzar el plantel y consolidar un modelo de gestión con resultados deportivos indiscutibles.
Pereira está casada con José Roberto Lamacchia, fundador de la financiera Crefisa que es 22 años mayor que ella. Según Forbes, la fortuna de Lamacchia supera los dos mil millones de dólares mientras que el patrimonio de su esposa supera los 400 millones de dólares. Desde su asunción, Palmeiras ha conquistado el Brasileirao, dos veces la Copa Libertadores y la Recopa Sudamericana. Su liderazgo también ha marcado un precedente: es la primera mujer en la historia en dirigir el club y una de las pocas en ocupar un cargo de tamaña relevancia en el fútbol sudamericano. Pero, a decir verdad, Pereira ya controlaba el club antes de asumir la presidencia en diciembre de 2021: en 2015, Crefisa se volvió el principal patrocinante del Verdao, y desde allí su influencia se volvió total. Las elecciones fueron apenas trasparentar lo que ya sucedía. Ha sabido también moverse en la siempre polarizada arena política brasilera con un fuerte apoyo a Jair Bolsonaro tanto durante su presidencia como en las elecciones dónde cayó frente a Lula.
Siempre de perfil alto, la novedad es que en los últimos meses su nombre empezó a cruzar las fronteras del fútbol local brasilero. Y fue directo al choque contra Alejandro Domínguez, cuestionado decisiones arbitrales y organizativas en la Copa Libertadores, y generando una relación tensa con el presidente del ente sudamericano.
El punto máximo de fricción llegó días atrás cuando Pereira sugirió la posibilidad de abandonar la Conmebol y buscar competencia en la Concacaf. Esta postura surgió como respuesta al descontento por la débil sanción que recibió Cerro Porteño tras un incidente de racismo en la Copa Libertadores Sub-20, calificando la multa impuesta como “vergonzosa”. Pereira destacó que Brasil aporta el 60% del presupuesto de la Conmebol, pero no recibe suficiente respeto: “Si la Conmebol no puede frenar este tipo de crímenes y no trata a los clubes brasileños con el respeto que merecen, ¿por qué no considerar afiliarse a la Concacaf?”, afirmó. Aunque logísticamente improbable, esta declaración encendió el debate sobre el descontento de los clubes brasileños con la organización sudamericana.
La propuesta también incluye consideraciones económicas, ya que Pereira aseguró que la afiliación a Concacaf podría traer beneficios significativos en derechos de transmisión y patrocinio, especialmente del mercado norteamericano. Esta posibilidad será planteada formalmente por la presidenta del Palmeiras en futuras reuniones con la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y otros clubes brasileños.
En una conferencia de prensa, la mandataria criticó duramente la falta de medidas efectivas contra el racismo en el fútbol sudamericano y apuntó directamente contra Alejandro Domínguez. “No vamos a tolerar la inacción”, sentenció, elevando aún más la tensión con la Conmebol.
Sin embargo, todo escaló en las últimas horas. La presidenta del Palmeiras reaccionó duramente ante la polémica declaración del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, tras el sorteo de la Copa Libertadores, quien minimizó una posible salida de los clubes brasileños comparando la Libertadores sin Brasil con “un Tarzán sin su Chita”. Pereira calificó esta comparación como “abominable” y sostuvo: “Cuando vi la declaración del presidente Alejandro Domínguez, confieso que me costó creer que fuera verdadera (…). Creo que ni siquiera la Inteligencia Artificial sería capaz de producir una declaración tan desastrosa como esta”.
Pereira también Insistió en que los clubes brasileños deben exigir sanciones más contundentes: “La impunidad es la semilla del próximo crimen”, enfatizó. Confirmó, además, que el Palmeiras junto con la Liga de Fútbol Brasileño y la Liga Fuerte Unión (LFU), enviaron una carta a la FIFA exigiendo medidas y sanciones más severas.
Con un poder en ascenso y una capacidad de confrontación poco común en la dirigencia brasileña, el futuro de Leila Pereira podría ir más allá de Palmeiras. Su postura firme ante la Conmebol y su influencia económica la colocan como una potencial candidata a disputar espacios en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) e incluso en la propia Conmebol en el futuro. La guerra contra Domínguez parece estar declarada.