Este mercado de pases en el fútbol mundial mostró una situación que nunca había ocurrido. El fútbol femenino llegó, por primera vez, a un fichaje de más de un millón de dólares. Se trata de Naomi Girma que, a partir de ahora, jugará para el Chelsea tras haber estado en un equipo de Estados Unidos. De esta manera, se convirtió en la jugadora más cara de la historia.
Hay un par de datos detrás de este pago. Uno de ellos es que, justamente el Chelsea, tiene detrás a un magnate estadounidense y que, en algún punto, también busca incrementar el precio de los fichajes. La transferencia de Naomi Girma está en USD 1.098.000 (900.000 libras) y, de esta manera, superó la cifra de USD 1.049.200 (860.000 dólares), establecida en 2024 cuando la zambiana Racheal Kundananji.
La compra del equipo de Londres sobre el pase de la jugadora de 24 años es importante porque, de esta manera, llega al equipo líder de la Women’s Super League que tiene varios puntos de ventaja sobre su perseguidores. En este punto, vale decir que Girma es una de las jugadoras clave del fútbol estadounidense.
Naomi Girma, nacida el 14 de junio de 2000 en San José, California, es una de las figuras más destacadas del fútbol femenino estadounidense. De ascendencia etíope, sus padres llegaron desde ese país, pero Girma nació en suelo estadounidense. Durante su paso por Stanford University, Girma consolidó su reputación como una defensora excepcional. En 2019, lideró a las Cardinal a ganar el campeonato nacional de la NCAA, destacándose por su capacidad de anticipación, su inteligencia táctica y su liderazgo natural. Estas cualidades no pasaron desapercibidas, convirtiéndola en una de las promesas más sólidas del fútbol estadounidense.
En 2022, Naomi fue elegida como la primera selección del draft de la NWSL por el San Diego Wave. Su impacto fue inmediato: se estableció como titular indiscutida, ganó el premio a la Novata del Año y formó parte del Once Ideal de la liga. Su desempeño no solo fortaleció al San Diego Wave.
A nivel internacional, Girma debutó con la USWNT en 2022 y rápidamente se consolidó como titular. Jugó cada minuto en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde el equipo estadounidense ganó el oro al vencer a Brasil 1-0 en la final. Su desempeño la llevó a ser nombrada Jugadora del Año en Estados Unidos en 2023 y a figurar en el XI Mundial de la FIFA en 2024.
