En el barrio de Izabal, donde el legado garífuna se entrelaza con la pasión por el fútbol, emerge una figura que promete redefinir el presente y futuro del fútbol guatemalteco. Marvin Alexander Ávila Veliz Junior, con apenas 16 años, no solo carga sobre sus hombros el peso de ser hijo de una leyenda del fútbol chapín, sino que además está construyendo su propio camino entre las aulas escolares y el profesionalismo de la Liga Nacional de Guatemala.
El mediapunta del Antigua Guatemala Fútbol Club ya acumula diez partidos en la máxima categoría del fútbol guatemalteco, donde ha dejado destellos de un talento que trasciende su apellido. Su historia también representa un caso único en el fútbol centroamericano: un deportista de élite que, lejos de sacrificar su educación por el profesionalismo temprano, ha encontrado la forma de equilibrar ambos mundos.
Marvin Alexander Ávila, el niño promesa de Guatemala
La historia de Ávila Jr. está intrínsecamente ligada a la rica tradición futbolística de su familia. Hijo de Marvin “Titiman” Ávila, uno de los futbolistas más destacados de Guatemala, y nieto de Cándido Macabi Véliz, figura de la Liga Nacional en las décadas de 1970 y 1980, el joven creció en un ambiente donde el fútbol era más que un simple deporte.
Sus primeros pasos en el fútbol organizado los dio en 2014 con el equipo El Bosque de su colonia, pero fue en las canteras de Azucareros donde comenzó a forjar su propio estilo. Su progresión por la Academia Cartogua y posteriormente el Santa Lucía Cotzumalguapa evidenció que el talento familiar encontraba una nueva expresión en sus pies.
Un debut precoz: su llegada al fútbol profesional
El 31 de enero de 2024 quedará marcado en la historia del fútbol guatemalteco. Ese día, con apenas 15 años, Ávila Jr. debutó con la camiseta del Antigua Guatemala ante Municipal, uno de los clubes más importantes del país. Su entrada en el segundo tiempo no fue meramente simbólica: en sus primeras intervenciones asistió a Romário Luiz da Silva para un gol, dejando clara su capacidad para competir al máximo nivel pese a su juventud.
Su ascenso no ha sido casualidad. En las categorías juveniles de la selección guatemalteca, Ávila Jr. ya había demostrado su valía. Se coronó campeón del Torneo Uncaf Sub-15 en 2023, donde fue nombrado mejor jugador y máximo goleador. En 2024, repitió el éxito con la Sub-16 y la Sub-19, consolidándose como una de las joyas más brillantes del fútbol centroamericano.
El presente y futuro de una promesa: su desarrollo actual
La polivalencia es quizás la característica más destacada de Ávila Jr. Como mediapunta, su capacidad para jugar en diferentes posiciones del frente de ataque lo convierte en un activo valioso para su equipo. Su baja estatura y centro de gravedad le permiten destacar en el uno contra uno, mientras que su visión de juego lo posiciona como un creador nato.
En el Torneo Apertura 2024, Ávila Jr. ha acumulado 249 minutos distribuidos en siete apariciones con el Antigua GFC. Bajo la dirección técnica de Javier López, su integración al equipo ha sido progresiva pero constante, demostrando una madurez táctica poco común para su edad.
Pero quizás lo más destacable de su trayectoria hasta el momento no está en el campo de juego. Mientras consolida su lugar en la élite del fútbol guatemalteco, Ávila Jr. acaba de graduarse de Tercero Básico, demostrando que el alto rendimiento deportivo no está reñido con el desarrollo académico. Esta dualidad lo convierte en un ejemplo para las nuevas generaciones de futbolistas centroamericanos, tradicionalmente forzados a elegir entre el deporte y los estudios.
Luis Fernando Tena, experimentado entrenador mexicano, lo ha descrito como un “jugador de materia prima extraordinaria”, destacando no solo sus cualidades técnicas sino también su capacidad para asimilar conceptos tácticos complejos. Esta combinación de talento natural y formación académica podría marcar un nuevo paradigma en el desarrollo de talentos en el fútbol centroamericano.
