Con ascensos y descensos, la USL quiere competirle a la MLS con una nueva liga

La United Soccer League anunció la creación de la USL Division One para 2027, la primera liga estadounidense que implementará un sistema de ascensos y descensos, desafiando directamente el modelo de franquicias de la MLS.
La USL busca competir con la MLS con una nueva liga.

La United Soccer League (USL) anunció la creación de una nueva liga que buscará disputarle a la Major League Soccer (MLS) el status de primera división en Estados Unidos. La USL Division One comenzará a disputarse en la temporada 2027-28 y, a diferencia de la MLS, implementará un sistema de ascensos y descensos conectándola con las competiciones ya existentes, algo inédito en el deporte profesional estadounidense.

El anuncio llega en un momento clave para el fútbol norteamericano, que se prepara para albergar el Mundial 2026 junto a México y Canadá y que tendrá también al Mundial de Clubes este año. La propuesta de la USL podría representar el mayor desafío estructural que ha enfrentado la MLS desde su creación en 1996, atacando directamente la base de su modelo de negocios: el sistema de franquicias cerradas sin descensos. Sin embargo, las dificultades que tiene este nuevo proyecto son varias y tendrá un camino fácil por delante.

La propuesta revolucionaria: una pirámide con movilidad

La USL ya opera actualmente dos ligas profesionales: el USL Championship (considerada oficialmente como la segunda división de Estados Unidos, aunque no esté “conectada” a la MLS) y la USL League One (tercera división). Con la adición de la USL Division One, la organización completaría una estructura piramidal de tres niveles profesionales, con la posibilidad de que los equipos asciendan o desciendan según su rendimiento deportivo.

“Si el fútbol en este país realmente va a crecer, lo hará más allá de 30 o 32 mercados”, afirmó Paul McDonough, presidente de la USL, en una entrevista con The Athletic. Esta declaración apunta directamente a una de las principales críticas hacia la MLS: su limitación geográfica y la incapacidad de ciudades medianas para acceder al máximo nivel del fútbol sin pagar las exorbitantes cuotas de expansión de la liga, que ya han alcanzado los 500 millones de dólares.

El sistema propuesto por la USL permitiría que equipos de mercados como Louisville, Albuquerque o Colorado Springs —que actualmente compiten en divisiones inferiores— puedan aspirar al máximo nivel basándose en méritos deportivos, no solo en capital financiero. “Hemos sido muy públicos acerca de tratar de llegar al sistema de ascensos y descensos. No estamos ahí todavía, pero continuaremos avanzando”, agregó McDonough.

La USL planea lanzar su liga de primera división con 12 o 14 equipos, y ya hay indicios de que varios clubes del actual USL Championship, como Sacramento Republic, Louisville City, Indianapolis Eleven, Phoenix Rising y Las Vegas Lights, podrían formar parte del proyecto inicial. Curiosamente, varios de estos mercados tuvieron en el pasado conversaciones avanzadas con la MLS para unirse como franquicias de expansión, pero las negociaciones nunca se concretaron.

La implementación de un sistema de ascensos y descensos representa un cambio paradigmático que trasciende al fútbol y afectaría la estructura misma del deporte profesional estadounidense. Ninguna de las grandes ligas deportivas en Estados Unidos —NFL, NBA, MLB o NHL— opera con un sistema donde el mérito deportivo determine la categoría. La USL se convertiría así en la primera organización deportiva profesional en la historia moderna de Estados Unidos en adoptar este modelo, desafiando un principio fundamental del deporte comercial norteamericano: la protección de la inversión mediante la garantía de permanencia. Esta ruptura con la tradición podría abrir la puerta a cuestionamientos sobre el modelo deportivo estadounidense en general, especialmente si demuestra ser viable económicamente y atractivo para los aficionados. No obstante, las limitaciones que puede encontrar en su desarrollo por ahora matizan la originalidad del proyecto.

Un ecosistema futbolístico diferente al resto del mundo

La propuesta de la USL toca un punto neurálgico del debate futbolístico estadounidense. A diferencia de prácticamente todos los países con ligas profesionales establecidas, Estados Unidos ha resistido históricamente la implementación de un sistema de ascensos y descensos, privilegiando en cambio un modelo de franquicias cerradas similar al de otras ligas profesionales norteamericanas como la NFL, NBA o MLB.

La MLS, fundada tras la Copa del Mundo de 1994, fue diseñada deliberadamente como una liga cerrada tras analizar el fracaso de la antigua North American Soccer League (NASL), que colapsó en 1984 tras años de expansión descontrolada y gastos excesivos. El modelo de la MLS incluye un sistema de entidad única (single-entity), donde los equipos son franquicias de la liga y no clubes independientes, con estrictos (aunque cada vez menos) topes salariales y mecanismos para mantener la paridad competitiva.

Este enfoque permitió a la MLS sobrevivir sus difíciles primeros años y eventualmente crecer hasta alcanzar los 30 equipos actuales, con el San Diego FC como su mas reciente incorporación. Sin embargo, ha sido frecuentemente criticado por los hinchas mas tradicionales y expertos internacionales, que argumentan que limita el crecimiento orgánico del fútbol en el país al excluir a cientos de clubes del sistema profesional y desincentivar la inversión en divisiones inferiores.

La USL, por su parte, ha operado con un modelo más cercano al del fútbol global: sus equipos funcionan como entidades independientes, no hay tope salarial y existe mayor libertad para desarrollar estructuras de inferiores propias. “Queremos tratar de estar lo más cerca posible del juego global”, señaló McDonough, diferenciándose claramente de la MLS.

También la sola idea de que existan “dos” primeras divisiones habla de lo distinto que es el modelo norteamericano frente al resto de los países, ya que el sistema deportivo estadounidense permite la coexistencia de múltiples ligas “de primera división” en un mismo deporte. La Federación de Fútbol de EE.UU. (US Soccer) tiene la potestad de otorgar la designación de Division I a más de una competición, como ya sucede actualmente en el fútbol femenino, donde tanto la National Women’s Soccer League (NWSL) como la recientemente fundada USL Super League disfrutan de status de primera división. Esta particularidad responde a la tradición antitrust estadounidense, que históricamente ha favorecido la competencia entre entidades empresariales y desconfía de los monopolios. El vasto territorio y la enorme población del país —equivalente a toda Europa occidental en extensión y habitantes— también facilita que puedan existir suficientes mercados, aficionados y recursos para sustentar más de una liga de élite, aunque la historia demuestra que mantener esta coexistencia en el largo plazo representa un desafío considerable y siempre termina imponiéndose la competición mas exitosa.

Los obstáculos en el horizonte

Por eso, a pesar de lo ambicioso del proyecto, la nueva liga enfrentará desafíos significativos si quiere siquiera empezar a competirle a la MLS. Los estándares de la US Soccer para considerar a una liga como de primera división son exigentes: debe contar con al menos 12 equipos distribuidos en las zonas horarias del Este, Centro y Pacífico, y con el 75% de los clubes en áreas metropolitanas de al menos un millón de habitantes. Además, todos los estadios deben ser recintos cerrados con capacidad mínima de 15.000 espectadores.

El aspecto financiero también representa un obstáculo. Los grupos propietarios deben demostrar la capacidad económica para operar durante al menos cinco años, la liga debe contar con un contrato de transmisión televisiva, y cada club debe tener personal a tiempo completo, además de un equipo operativo de liga también a tiempo completo.

La historia reciente del fútbol estadounidense está llena de intentos fallidos de competir con la MLS. El caso más notorio fue el de la segunda encarnación de la NASL (2011-2017), que intentó posicionarse como una alternativa y eventualmente aspiraba a ser reconocida como primera división. Sin embargo, problemas de estabilidad financiera, la pérdida constante de franquicias y conflictos con la federación llevaron a su desaparición.

Además, la MLS se encuentra en su mejor momento histórico. La llegada de Messi al Inter Miami ha catapultado el interés y las audiencias, las nuevas franquicias pagan cifras récord por unirse, y la liga ha demostrado solidez financiera incluso durante la pandemia. Enfrentarse a este gigante en pleno crecimiento parece una tarea titánica.

Otro factor a considerar es la saturación de los principales mercados. Ciudades como Portland, Seattle, San Diego y otras ya cuentan con equipos bien establecidos en la MLS, lo que dificultaría la entrada de nuevos equipos compitiendo por la misma base de aficionados. Los mercados medianos, aunque potencialmente interesantes, conllevan el riesgo de no generar suficiente asistencia para llenar estadios más grandes, lo que podría derivar en problemas económicos. Hoy uno de los atractivos principales de la USL Championship es tener entornos mas “cerrados” para el fútbol en ciudades medias. Estadios de 4000 o 5000 personas llenos que dan un ambiente distinto al que se consigue en la MLS. Esto podría perderse si estos clubes quieren “ascender” a la USL Division One, ya que si o si deberán cumplir con los requisitos mínimos.

A pesar de estos desafíos, la USL cuenta con algunas ventajas. Su estructura ya opera más de 180 equipos masculinos en diferentes niveles, tiene experiencia en el lanzamiento de nuevas competiciones (recientemente inauguró la USL Super League, una liga profesional femenina que compite con la NWSL), y ha demostrado capacidad para atraer inversores interesados en mercados no explotados por la MLS.

La implementación de ascensos y descensos, si se concreta, podría actuar como un poderoso diferenciador y atraer tanto a aficionados tradicionales como a inversores extranjeros familiarizados con este sistema. Como señaló Alec Papadakis, CEO de la USL: “Los aficionados y los interesados han sido claros: quieren algo diferente. Se sienten atraídos por la intensidad de la competencia de alto riesgo, donde más partidos tienen consecuencias reales, como vemos en las ligas europeas”. De tener éxito esta liga, Estados Unidos finalmente se alinearía con el modelo global del fútbol, justo cuando se prepara para recibir al mundo nuevamente en el Mundial de 2026.

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Nahuel Lanzón

Experto en ver fútbol de países que ni la gente de ese país ve. Me gusta mucho analizar listas de selecciones antes de cualquier torneo internacional. Relator oficial (?) del fútbol exótico en Twitch.
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