Mesut Özil ha oficializado su ingreso a la arena política turca tras ser elegido como miembro del comité central del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), el partido político liderado por el presidente Recep Tayyip Erdogan. El nombramiento se produjo durante una sesión del consejo realizada en Ankara el pasado domingo, donde Erdogan fue reelegido por novena vez consecutiva como líder de la formación conservadora-democrática que gobierna Turquía desde 2002.
El salto de Özil a la política turca
Nacido en Gelsenkirchen, Alemania, pero de padres turcos, Özil representa uno de los casos más notorios de la diáspora turca en Europa. A pesar de haber crecido futbolísticamente en el sistema alemán y de convertirse en una pieza clave de la selección germana, llegando a incluso a levantar una Copa del Mundo en 2014, Özil siempre mantuvo una fuerte conexión con sus raíces turcas.
Ahora, a sus 36 años, el ex mediocampista que brilló en el Arsenal y el Real Madrid entre otros equipos, ha dado el paso definitivo hacia una carrera política que comenzó a perfilarse años atrás. La transición de Özil se produce apenas dos años después de su retiro del fútbol profesional, ocurrido en 2023 en el Istanbul Basaksehir, equipo estrechamente vinculado al gobierno de Erdogan.
El nuevo cargo de Özil lo posiciona dentro de un selecto grupo de 75 integrantes que conforman el Comité Central de Decisiones y Ejecutivo del partido gobernante. Su elección se enmarca en una renovación significativa de la cúpula del AKP, donde más del 50% de los miembros fueron reemplazados durante el VIII Congreso del partido. Según informaciones de la agencia DW, 39 nuevos nombres ingresaron a la dirección partidaria, incluyendo a Özil y varias figuras provenientes de partidos opositores que recientemente se han sumado a las filas del AKP.
Una relación controvertida
El vínculo entre Özil y Erdogan viene de larga data y ha estado marcado por episodios controversiales que han tenido repercusiones tanto deportivas como políticas. El punto de inflexión ocurrió en 2018, cuando el entonces jugador del Arsenal se fotografió junto al mandatario turco en Londres, entregándole una camiseta del club inglés. El encuentro, que se produjo en vísperas de las elecciones generales en Turquía y contó también con la participación de İlkay Gündoğan, desató una ola de críticas en Alemania, donde políticos y medios cuestionaron la lealtad de Özil hacia el país que representaba internacionalmente.

La controversia escaló cuando Reinhard Grindel, entonces presidente de la Federación Alemana de Fútbol, acusó a Özil y a Gündoğan de permitir que Erdogan los utilizara con fines políticos. La situación llegó a tal punto que algunos políticos alemanes sugirieron su exclusión del equipo nacional antes del Mundial de Rusia 2018. Aunque finalmente Özil participó en el torneo, disputando dos encuentros, la polémica marcó el final de su carrera con el combinado germano una vez finalizado el torneo.
Este episodio se dio en un contexto de relaciones particularmente tensas entre Alemania y Turquía. Tras el intento de golpe de Estado en 2016, el giro autoritario de Erdogan había provocado fuertes críticas desde Berlín, mientras que la detención del periodista germano-turco Deniz Yücel por supuestos vínculos terroristas generó una grave crisis diplomática. En 2017, las relaciones tocaron fondo cuando Alemania prohibió actos de políticos turcos en suelo alemán para el referéndum constitucional que ampliaría los poderes de Erdogan, quien respondió acusando a Alemania de “prácticas nazis”. La fotografía de Özil con el presidente turco se interpretó, por tanto, no como un simple gesto de cortesía hacia sus raíces, sino como un posicionamiento político en un momento de máxima tensión bilateral.
Así, tras la eliminación de Alemania en la fase de grupos del Mundial, Özil anunció su retiro de la selección denunciando racismo en su contra. En un comunicado expresó: “Soy alemán cuando ganamos, pero soy un inmigrante cuando perdemos”. Este distanciamiento con Alemania coincidió con un acercamiento cada vez más notable hacia Turquía y, particularmente, hacia la figura de Erdogan, quien en 2019 fue padrino de su boda con la actriz Amine Gülşe.
Los últimos años de su carrera deportiva estuvieron marcados por este acercamiento tanto a Turquía como a Erdogan. En 2020, fichó por el Fenerbahçe, club del que se declaraba hincha desde niño, y posteriormente terminó su carrera en el Istanbul Basaksehir, equipo que los hinchas turcos denominan despectivamente como “Erdogan FC” debido a sus estrechos vínculos con el gobierno. El Basaksehir juega con los colores azul y naranja del AKP, cuenta con el retrato de Erdogan en el vestíbulo de su campo de entrenamiento y sus principales patrocinadores mantienen estrechas relaciones con el gobierno turco.
El AKP y la estrategia de incorporar figuras públicas
La designación de Özil como miembro del comité central del AKP se inscribe en una estrategia de renovación y fortalecimiento impulsada por Erdogan tras las derrotas sufridas en las elecciones municipales de 2024. El octavo congreso del partido, celebrado el domingo en Ankara bajo el lema “Nombrado Blanco, Iluminando el Futuro” (referencia al nombre AK del partido, que significa “blanco” en turco), convocó a decenas de miles de simpatizantes y sirvió como escenario para presentar a 39 nuevos nombres en la cúpula partidaria, entre los que destacó el ex futbolista junto a figuras como el economista Abdülkadir Develi y varios legisladores provenientes de partidos opositores.
El congreso también sirvió para establecer tres nuevas juntas dentro del Comité Ejecutivo Central (MYK) del partido, encargadas de supervisar las relaciones con los estados túrquicos, las políticas sanitarias y las políticas culturales y artísticas, incrementando el número de vicepresidentes del partido de 16 a 19, en un claro movimiento de fortalecimiento institucional.
La incorporación de una figura global como Özil a las estructuras del AKP se enmarca en un esfuerzo por recuperar el apoyo perdido, particularmente entre los votantes más jóvenes y cosmopolitas. Con su perfil internacional, el ex mediocampista representa un activo valioso para un partido que, como reconoció implícitamente su líder, ha sufrido reveses significativos en los últimos comicios locales. “Podemos enfrentar dificultades hoy, pero con fe, voluntad y determinación, recuperaremos la comodidad mañana”, afirmó Erdogan ante sus seguidores, en lo que parece ser un reconocimiento de los desafíos que enfrenta su agrupación política después de más de dos décadas de hegemonía en la política turca.