Tres jóvenes futbolistas de Burkina Faso hicieron sus valijas este enero de 2025 y partieron rumbo a Europa. Sus destinos: el Red Bull Salzburg y el Standard de Lieja. Hasta acá, la historia de siempre en el fútbol africano. Pero lo interesante es el origen común de estos jugadores: el Rahimo FC, un club de la primera división de ese país fundado por Rahim Ouédraogo, un ex futbolista de la selección que tuvo una larga carrera en el fútbol europeo.
Pero mas allá de su carrera, la verdadera hazaña de Ouédraogo llegó después del retiro: mientras muchos futbolistas africanos luchan por encontrar su camino tras colgar los botines, él transformó los ahorros que hizo como jugador, tomó el sabio consejo de su madre y construyó un imperio del transporte que hoy financia los sueños de decenas de jóvenes talentos en su Bobo-Dioulasso natal. Un camino para nada común en el fútbol africano que merece ser contado.
Del césped a los negocios: la historia de Rahim Ouédraogo
La historia del Rahimo FC es inseparable de la de su fundador, Rahim Ouédraogo, un exdefensor central que construyó una carrera sólida en el fútbol europeo. Durante casi una década, entre 1998 y 2007, Ouédraogo disputó 141 partidos oficiales con el FC Twente de Países Bajos y luego tuvo varios pasos por clubes de Turquía y Grecia, además de acumular 21 presencias con la selección de Burkina Faso y una participación en una Copa Africana de Naciones.
Sin embargo, a diferencia de muchos futbolistas, Ouédraogo planificó meticulosamente su futuro post-retiro. “No todos los futbolistas ganan como Drogba o Ronaldo, por eso es clave saber cómo usar el dinero”, explica quien, durante su carrera como futbolista, ahorró e invirtió gran parte de su salario siguiendo los consejos de su madre, quien ya tenía experiencia en el negocio del transporte. Las grandes distancias y la dificultad de viajar entre las dos ciudades mas importantes del país africano hacen que este negocio, bien llevado adelante, sea una opción mas que interesante.
Por eso, tras colgar los botines en 2010, Ouédraogo regresó a su Bobo-Dioulasso natal (segunda ciudad mas importante después de Ouagadougou, la capital) y fundó Rahimo Transport con una inversión inicial de 500 millones de francos CFA (aproximadamente 760.000 euros) para la compra de cinco micros y la construcción de una estación. El nombre de la empresa, que surge de unir su nombre con la primera letra del apellido, no fue casual: “Pensé que, al ser un futbolista conocido, mi nombre debería ser mi marca para otros negocios, ya que me daría visibilidad y la gente ya conocía quién estaba detrás”. Hoy, su empresa cuenta con más de 90 micros, 8 estaciones en todo el país y emplea a 300 personas, con un sistema de gestión que él mismo describe como “minucioso y riguroso”.
Un proyecto futbolístico sustentable
En 2012, Ouédraogo decidió que era momento de retribuir al deporte que le había dado todo. “El fútbol me dio todo en la vida y siento que debo retribuirle al deporte ayudando a jóvenes talentos”, explica sobre la motivación que lo llevó a fundar el Rahimo FC. Sin embargo, mantener un club en una liga con nulos ingresos y semi profesional no es fácil. Por eso, destina el 30% de las ganancias de su empresa de transporte al mantenimiento y expansión del club.
El éxito deportivo no tardó en llegar. El Rahimo FC ascendió a primera división en 2016 y en la temporada 2018-2019 logró el doblete: título de liga y Copa de Burkina Faso. Actualmente lidera el campeonato con 29 puntos en 15 partidos. Pero los títulos son lo de menos. La idea del club es pavimentar el camino de las jóvenes promesas de la zona hacia el fútbol en otros países mas profesionales. Si es Europa, mejor. Pero también pueden ser otras ligas africanas mas desarrolladas.
Y esa necesidad de hacer que el proyecto funcione sin ingresos propios, hace que no se limite solo al fútbol. Ouédraogo tiene planes ambiciosos para la infraestructura que garantizará la sostenibilidad del club: está construyendo un hotel cuatro estrellas en el predio y, mas allá de la buena infraestructura del club actualmente, proyecta desarrollar instalaciones deportivas con estándares internacionales. Además, planea que el club produzca sus propios alimentos a través de emprendimientos ganaderos y agrícolas para reducir costos en la alimentación de los jugadores. “No queremos depender de compras externas ni de nadie. Queremos producir nuestra propia carne, pollo y vegetales para la academia”, explica.
Issa Kaboré: el primer gran éxito de la academia
El caso mas emblemático y que validó el modelo de negocio del Rahimo FC fue el de Issa Kaboré. El lateral derecho, formado en las divisiones juveniles del club, fue transferido al KV Mechelen de Bélgica en 2019. Cuando el club belga manifestó problemas para pagar el traspaso, Ouédraogo priorizó el desarrollo del jugador por sobre el beneficio económico inmediato. “Cuando Mechelen nos dijo que no tenían dinero para pagar el traspaso, aceptamos igual. Lo importante era que el chico pudiera mostrar su talento en Europa”, recuerda.
La apuesta resultó acertada: tras solo cinco partidos en Bélgica, Kaboré ya tenía el interés de cinco clubes europeos. Finalmente, el Manchester City lo fichó en 2020 por casi 5 millones de euros. “Sabíamos que Kaboré tenía potencial para jugar en Inglaterra, pero su ascenso fue más rápido de lo esperado”, reconoce Ouédraogo. “Su caso demuestra que cuando tienes un diamante en bruto, solo necesitás encontrar el lugar correcto para que brille”. Actualmente, con 23 años y 45 partidos con la selección de Burkina Faso, el lateral derecho juega cedido en el Werder Bremen de la Bundesliga tras haber jugado la temporada anterior en el Luton Town, en su breve estadía por la Premier League.
La nueva generación de talentos del Rahimo
El éxito de Kaboré abrió las puertas para otros jugadores formados en el Rahimo FC. Abdoul Rachid Ayindé, de 19 años, se desarrolla en el equipo filial del KAA Gent belga, mientras que Abdoul Kader Ouattara, también de 19, ya debutó en la primera división belga con el Cercle Brugge y suma tres partidos con la selección absoluta de Burkina Faso.
Pero la verdadera revolución se dio este mes de enero de 2025, con el traspaso de tres juveniles a clubes europeos de primer nivel. Los jugadores Aboubacar Camara (extremo) y Lassina Traoré (lateral izquierdo), ambos de 18 años, fueron cedidos al Red Bull Salzburg, donde inicialmente jugarán en el FC Liefering de la segunda división austriaca. Por su parte, el delantero Abdramane Ouedraogo, también de 18 años, fue transferido al Standard de Lieja, incorporándose al equipo de reservas que compite en la tercera división belga.
“Nada genera más dinero que el fútbol. Todo depende de que coloqués al jugador correcto en el club correcto”, reflexionó Ouédraogo en una entrevista, quien ya planea expandir el proyecto. “La tierra no come ni bebe agua, siempre sube de valor. Es mejor que comprar autos caros”, sostiene quien ha convertido al Rahimo FC en un modelo de desarrollo sostenible en el fútbol africano.