La Confederación Africana de Fútbol (CAF) anunció este martes la postergación del Campeonato Africano de Naciones 2024 hasta agosto de 2025. Si bien el organismo continental solo citó razones de infraestructura en los países anfitriones, la crisis detrás de esta decisión revela problemas más profundos, incluyendo la resistencia de varias federaciones a participar del torneo.
El CHAN y la edición 2024: un torneo para el fútbol local africano
El Campeonato Africano de Naciones, conocido por sus siglas CHAN, es una competencia única en su tipo. Creada en 2009, la particularidad del torneo radica en que solo pueden participar futbolistas que jueguen en las ligas domésticas de sus respectivos países, buscando así potenciar el desarrollo del fútbol local africano.
La última edición, disputada en enero de 2023 en Argelia, coronó a Senegal como campeón por primera vez en su historia, tras vencer a los locales en la definición por penales. La edición 2024, que estaba propuesta para disputarse en febrero de este año ahora se jugará en el mes de agosto, presenta otra novedad: por primera vez será organizada por tres países en conjunto: Kenia, Tanzania y Uganda.
El torneo ya cuenta con 17 de los 18 equipos clasificados, incluyendo potencias continentales como Marruecos, bicampeón del torneo en 2018 y 2020, y la República Democrática del Congo, también dos veces ganadora. Entre los participantes destacan además el vigente campeón Senegal, y dos debutantes: Kenia y la República Centroafricana. Sin embargo, el cupo restante, correspondiente a la zona norte de África, sigue vacante tras la negativa de varias selecciones a participar. El sorteo para definir la fase de grupos, que estaba pautado para este miércoles 15 de enero, seguirá adelante como estaba planeado.
El objetivo deportivo, en muchos casos, se ha cumplido. Futbolistas que surgieron de las ligas locales brillaron en la CHAN y luego vieron su destino en el fútbol europeo y con las selecciones titulares. Tal es el caso por ejemplo de Ayoub El Kaabi, goleador de la CHAN 2018 con Marruecos, o mas recientemente, Laminé Camará, volante senegalés campeón de la última edición siendo figura, y que hoy con 19 años ya está brillando en el Mónaco tras pasar por el FC Metz, habiendo surgido de Génération Foot. En otros casos, especialmente para ligas no tan desarrolladas, con sueldos bajos y poca visibilidad, el torneo le permitió a los futbolistas escalar a otros equipos mejores posicionados dentro de África o incluso migrando a Asia, mejorando ostensiblemente su carrera.
La postergación y sus motivos oficiales
Según el comunicado oficial de la CAF, la decisión de posponer el torneo se basó en los informes de los expertos técnicos y de infraestructura destacados en los tres países sede. “Se ha logrado un buen progreso en Kenia, Tanzania y Uganda con la construcción y mejora de estadios, campos de entrenamiento, hoteles, hospitales y otras infraestructuras”, señaló el organismo, aunque admitió que “se requiere más tiempo para garantizar que la infraestructura y las instalaciones estén en los niveles necesarios”.
El presidente de la CAF, Patrice Motsepe, intentó suavizar el impacto del anuncio alabando el compromiso de los mandatarios de los tres países anfitriones. “Estoy impresionado con la construcción y renovación en curso de la infraestructura y las instalaciones de fútbol. Confío en que los estadios, campos de entrenamiento, hoteles, hospitales y demás infraestructura estarán a la altura de los estándares requeridos para agosto de 2025”, manifestó el dirigente sudafricano.
La resistencia de las federaciones
Sin embargo, más allá de las cuestiones de infraestructura, la postergación del CHAN 2024 esconde una crisis más profunda: la resistencia de varias federaciones a participar del torneo. Los costos logísticos que implica el desplazamiento de las delegaciones y, principalmente, la necesidad de interrumpir los torneos locales para ceder a los jugadores, han generado un fuerte rechazo en varias asociaciones.
Esta situación es particularmente notoria en el norte de África, donde solo Marruecos confirmó su participación y no se disputó la clasificación. Argelia, Egipto, Túnez y Libia ya declinaron su participación, priorizando la continuidad de sus respectivos campeonatos domésticos. La CAF intenta convencer especialmente a Egipto de reconsiderar su posición, aunque parece una tarea difícil considerando que la base de su selección juega en la liga local y el equipo ya tiene compromisos programados para fin de año con la Copa Árabe y la Copa Africana.
Ante esta situación, la CAF anunció semanas atrás un significativo aumento en los premios del torneo, elevando en un 75% el premio para el campeón, que ahora recibirá 3,5 millones de dólares. La bolsa total del torneo también se incrementó un 32%, alcanzando los 10,4 millones de dólares. Sin embargo, hasta el momento estas medidas no han logrado convencer a las federaciones reticentes.
Estos meses serán vitales entonces para definir el futuro del torneo. A nivel infraestructura, la situación de Kenia es la mas compleja. Pero la CAF tendría un plan B en Ruanda, que ya clasificada podría hacerse cargo eventualmente de esos partidos. Sin embargo, el mayor desafío es el de lograr convencer a las federaciones para que decidan su participación y así concretar una nueva edición de este particular torneo.