La Copa del Golfo 2024 que se disputa en Kuwait tendrá su desenlace este sábado cuando Omán y Bahréin se enfrenten por el título. Sin embargo, la atención mediática en la región se centra en las crisis que atraviesan varias de las selecciones eliminadas. Emiratos Árabes Unidos, Qatar e Irak quedaron fuera en fase de grupos, mientras que Arabia Saudita cayó en semifinales, desatando diferentes grados de turbulencia en sus respectivas federaciones. Entre todas estas crisis, destaca especialmente la situación en Irak, donde una eliminación temprana ha escalado hasta convertirse en un asunto de Estado que requirió hoy la intervención directa del Primer Ministro.
La derrota por 3-1 ante Arabia Saudita que selló la eliminación del campeón defensor en fase de grupos no solo marcó el fin de una participación decepcionante, sino que destapó una crisis institucional que ha llegado hasta las más altas esferas del poder político iraquí, en un momento crítico para las aspiraciones mundialistas del país.
La crisis escala hasta el Primer Ministro
En un movimiento que demuestra la gravedad de la situación, el Primer Ministro Mohammed Shia Al-Sudani convocó de urgencia al presidente de la Federación Iraquí de Fútbol, Adnan Darjal. En la reunión, celebrada este jueves, Al-Sudani enfatizó “la importancia de que todos asuman la responsabilidad nacional” para asegurar la clasificación al Mundial, describiéndola como “el sueño de los iraquíes”.
El encuentro no se limitó a abordar la crisis inmediata. El Primer Ministro también discutió el futuro de la Liga Profesional Iraquí y su asociación estratégica con LaLiga española, así como el “Proyecto Sueño” para las categorías juveniles. Este nivel de involucramiento gubernamental evidencia cómo el fútbol se ha convertido en una prioridad nacional para Irak, trascendiendo lo meramente deportivo.
La intervención del Primer Ministro llega después de que el parlamentario Uday Awad, miembro del Comité Financiero, exigiera la comparecencia de Darjal ante la legislatura. Awad acusó a la dirigencia de mala gestión y posible malversación de fondos públicos, citando el importante apoyo financiero que el gobierno había brindado al equipo.
El Ministro de Juventud y Deportes, Ahmed Al-Mubarqa, había respaldado estas preocupaciones calificando la derrota como un “shock mayor” para los aficionados. “El gobierno tiene derecho a preguntar por qué el equipo ha declinado tan bruscamente”, declaró Al-Mubarqa, en lo que ahora parece haber sido el preludio de una intervención gubernamental más directa.
La caída deportiva que desató todo
La eliminación de Irak en la Copa del Golfo fue especialmente dolorosa considerando que llegaban como campeones defensores tras su victoria en la edición 2023, cuando el torneo se disputó en la ciudad iraquí de Basora. El equipo dirigido por Jesús Casas mostró un rendimiento errático desde el inicio del torneo y selló su temprana eliminación con una derrota ante Arabia Saudita donde los goles de Abdullah Al-Hamdan en los minutos finales resultaron decisivos.
En la conferencia de prensa posterior al partido, Casas intentó defender su planteamiento argumentando que el torneo servía como preparación para las eliminatorias mundialistas. “Hubo ausencias importantes contra un buen equipo. Cometimos un error que derivó en el penal”, explicó el técnico español, quien también cuestionó algunas decisiones arbitrales. Sin embargo, sus declaraciones no lograron calmar los ánimos de una afición y una dirigencia que esperaban mucho más del equipo.
En medio de esa derrota es que estalló el conflicto político interno en la Federación Iraquí de Fútbol. Younis Mahmoud, una de las máximas leyendas del fútbol iraquí y actual vicepresidente de la federación, anunció su intención de competir contra Darjal en las elecciones programadas para septiembre de 2025, desatando una guerra de poder que amenaza con desestabilizar aún más la estructura del fútbol iraquí.
En declaraciones a la cadena qatarí Al-Kass, Mahmoud denunció que hay funcionarios dentro de la federación que buscan apartarlo, aunque evitó nombrarlos directamente. También reconoció la existencia de diferencias laborales con Darjal, a quien describió como “difícil en su forma de trabajo”, aunque insistió en que mantienen una relación “saludable”.
La clasificación al Mundial, en juego
La urgencia de la intervención gubernamental cobra mayor sentido al analizar la situación de Irak en las eliminatorias mundialistas. El equipo ocupa actualmente el segundo puesto del grupo con 11 puntos, tres menos que el líder Corea del Sur y dos por encima de Jordania, en una posición que otorgaría la clasificación directa al Mundial 2026. El momento es histórico: Irak solo participó una vez en la Copa del Mundo, en México 1986, por lo que una clasificación significaría el regreso a la máxima cita del fútbol mundial después de cuarenta años de ausencia.
El calendario que resta es tan decisivo como complejo. Irak deberá enfrentar cuatro partidos cruciales en 2025: dos en marzo, contra Kuwait como local y Palestina de visitante, y dos en junio que definirán su suerte. El 5 de junio recibirá a Corea del Sur en Basora, en un duelo que podría valer el primer puesto, y cerrará la fase contra Jordania en Amán, en lo que podría ser una final por el segundo boleto directo al Mundial.
Esta situación explica la preocupación a nivel gubernamental: Irak depende de sí mismo para lograr su histórica clasificación al Mundial, pero la crisis institucional y los pobres resultados en la Copa del Golfo han encendido las alarmas sobre la capacidad del equipo para gestionar la presión en los momentos decisivos. El mensaje del Primer Ministro Al-Sudani sobre “no perder la oportunidad de alcanzar el sueño iraquí” refleja el peso histórico del momento que atraviesa el fútbol del país. También la responsabilidad que recaerá sobre los jugadores y el cuerpo técnico en los siguientes meses.
