El fútbol chino se encuentra sumido en una crisis sin precedentes tras la revelación de un masivo escándalo de amaño de partidos y apuestas ilegales que ha sacudido los cimientos del deporte en el país asiático. La Asociación China de Fútbol (CFA) ha tomado medidas drásticas, suspendiendo de por vida a 43 personas, incluyendo 38 jugadores y cinco oficiales de clubes, como resultado de una exhaustiva investigación que se extendió por dos años.
El alcance del escándalo
La magnitud de este escándalo es abrumadora. Según Zhang Xiaopeng, alto funcionario del Ministerio de Seguridad Pública, la investigación descubrió la manipulación de 120 partidos, con la implicación de 41 clubes de fútbol. Estas cifras ponen de manifiesto la profundidad de la corrupción en el fútbol chino, un problema que ha persistido durante décadas a pesar de los esfuerzos previos por erradicarlo.
El presidente de la CFA, Song Kai, confirmó que 43 de los 44 individuos enfrentados a sanciones penales han sido inhabilitados de por vida para cualquier actividad relacionada con el fútbol. Otros 17 recibieron suspensiones de cinco años, evidenciando la severidad con la que las autoridades están abordando este caso.
Nombres destacados y consecuencias
El escándalo ha golpeado duramente a figuras prominentes del fútbol chino e internacional, dejando carreras truncadas y reputaciones en ruinas. Entre los sancionados de por vida se encuentran los ex internacionales chinos Jin Jingdao, Guo Tianyu y Gu Chao, jugadores que alguna vez fueron considerados pilares del fútbol nacional y ahora se ven forzados a un retiro ignominioso. La lista de sancionados también incluye a Wang Song, veterano e histórico jugador de la liga y ostentador del récord de más apariciones en la Superliga China con 573 partidos. Wang recibió una suspensión de cinco años.
Pero el caso que más ha captado la atención internacional es el del mediocampista surcoreano Son Jun-ho. Actualmente en las filas del Suwon FC de la K League 1, Son vivió un 2023 turbulento cuando fue detenido en China en mayo y liberado en marzo de 2024, solo para enfrentarse ahora a esta sanción que pone fin a su carrera. Su caso plantea interrogantes sobre las ramificaciones internacionales del escándalo y cómo afectará a jugadores extranjeros que pasaron por el fútbol chino. Otro jugador que muestra el alcance internacional del escándalo es el del delantero camerunés Donovan Ewolo, actualmente jugando en Arabia Saudita. El futbolista fue suspendido por cinco años por su presunta participación en amaños durante su etapa en China.
Estas sanciones no solo representan el fin o la interrupción de carreras individuales; ponen en tela de juicio la integridad de competiciones pasadas y socavan la credibilidad del fútbol chino en su conjunto. Cada partido en el que estos jugadores participaron ahora está bajo sospecha, lo que plantea un desafío monumental para las autoridades del fútbol chino en su intento de reconstruir la confianza en el deporte.
Antecedentes históricos de corrupción en el fútbol chino
El escándalo actual no es un fenómeno aislado, sino la continuación de una larga historia de corrupción en el fútbol chino. En diversas oportunidades se han expuesto casos de arreglos de partido, en una liga que parece tener varios ingredientes que la hacen propensa a esta clase de conductas. Es sabido que las apuestas y el juego, sin bien son ilegales en el país (con excepción de ciertas actividades particulares y la región de Macao), tienen una fuerte impregnancia en la cultura del país. Esto produce un mercado negro de apuestas que se estima multimillonario. A su vez, la histórica poca profesionalidad de la liga y las escasas sanciones en casos que surgieron a la luz en el pasado, han colaborado a esta conductas.
De hecho, los escándalos de amaño de partidos entre 2003 y 2009 ya habían sacudido al deporte en el país, llevando a la cárcel a figuras prominentes como Lu Jun, el único árbitro chino en la historia de la Copa del Mundo FIFA. En 2013, el Shanghai Shenhua fue despojado de su título de la Liga Jia-A de 2003 como resultado de aquellas investigaciones. Estos antecedentes demuestran que, a pesar de los esfuerzos por limpiar el deporte, la corrupción ha persistido, socavando la confianza de los aficionados y el desarrollo del fútbol en China.
Implicaciones para el futuro del fútbol en China
Este nuevo escándalo plantea serias preguntas sobre el futuro del fútbol en China. Las ambiciones del país de convertirse en una potencia futbolística mundial se ven seriamente comprometidas por estos eventos. La credibilidad de la liga china, que en años recientes había atraído a estrellas internacionales con contratos millonarios, queda en entredicho.
Las autoridades chinas parecen estar adoptando un enfoque de mano dura para erradicar la corrupción de una vez por todas. En agosto de 2023, un ex vicepresidente de la CFA fue sentenciado a 11 años de prisión por aceptar sobornos, y en marzo del mismo año, un ex presidente de la asociación recibió cadena perpetua por cargos similares.
Sin embargo, la pregunta persiste: ¿Serán suficientes estas medidas para cambiar la cultura de corrupción arraigada en el fútbol chino? La respuesta a esta pregunta determinará no solo el futuro del deporte en China, sino también las aspiraciones del país de ser una potencia futbolística global.
En última instancia, la recuperación del fútbol chino dependerá no solo de la severidad de las sanciones, sino de la implementación de reformas estructurales profundas que aborden las raíces de la corrupción. Solo entonces podrá China aspirar a reconstruir la confianza en su fútbol y perseguir con credibilidad sus ambiciones en el escenario mundial.
